Experiencia abortada, apenas iniciada…razones muchas, por lado y lado, que no permitió que el curso fluyera y fuera transformándose en algo constructivo y creativo, y que las autoridades (excluido quien nos invitó) tampoco permitieron que transcurriera el tiempo suficiente para que el proceso tomara su rumbo. Fuimos "exonerados" por no cumplir las "expectativas" de los alumnos, en este caso, profesores universitarios.
Asumiendo mi y nuestra importante responsabilidad por lo que nos correspondía: no logramos encantar ni seducir a la mayoría, para ir creando este viaje conjunto. Viaje que invitábamos a recorrer, con un objetivo más bien personal para cada uno, más que grandes objetivos académicos de esos que aparecen en los Programas, Planificaciones y Formularios (aunque sean para dejar tranquilas a las instituciones.)
El peor enemigo del aprendizaje: no darle autoridad a otro para que me muestre o enseñe, si no está dentro de los estándares que yo considero los “correctos” o de acuerdo a “mi nivel”. En ese momento se cierra la oportunidad.
Al despedirme les dije que junto con asumir mis errores y en eso para mi fue un gran aprendizaje, sigo sintiendo que el fenómeno del educar es una Danza y en esa danza se necesitan dos o más. It takes two for tango es un antiguo dicho que muestra que la vida la hacemos con el otro, en el vínculo, en la interacción, acoplándonos, a veces fácilmente, a veces con dificultad, pero juntos y abiertos a aprender, y sobretodo queriendo danzar, dispuestos ambos a colaborar. No es posible concebir la experiencia educativa sino como un sistema donde todos somos interdependientes. Más aun en este caso cuando estamos trabajando con adultos, supuestamente comprometidos en su desarrollo profesional y ojalá personal.
Invitamos a soñar, a salir de nuestra zona cómoda pero parece que para algunos había que señalar claramente el cómo, por donde… una vez más esperando a que nos den el camino o seguir transcurriendo por el ya trazado y seguro al que estamos acostumbrados. Sabemos muchas cosas pero no nos atrevemos a explorarlas y exponernos a la incomodidad de lo desconocido. Invitábamos a abrirnos a re-mirar las cosas, a sorprendernos como lo haría un niño...
Parapetados en lo que No se daba empezó la resistencia de un grupo importante de alumnos/profesores, algunos con liderazgos fuertes o al menos el poder del cargo, boicoteando o resistiéndose en un oposicionismo activo o pasivo, a cualquier actividad, reflexión, tarea o aporte constructivo a la reflexión.
Invitamos a trabajar en Comunidades de aprendizaje y tampoco quisieron ver cómo, aludiendo a que trabajan en sedes diferentes y diferentes horarios, como si hoy el mundo de las comunicaciones no propusiera mil formas de relacionarse y trabajar en redes…
Parto de la base que cuando nos resistimos a algo es que tenemos mucho miedo. Por eso mismo intentamos comprender su miedo, pero no logramos crear la confianza para traspasarlos. Lástima.
Y así, sigo pensando en qué más pasó y algo claro que me surge es que estuvimos en “Memes “ diferentes, según la teoría de Espiral Dinámica y nosotros no supimos adecuarnos. (Lastima que no alcanzamos a llegar a esa parte del Programa y sólo la conocieron después. Ojalá ahora que la conocen, les sirva.)
Personas preparadas, treméndamente estudiosas y con vasta trayectoria que podrían haber traído una reflexión creativa, que aportara desde la diversidad de miradas, sin embargo no quisieron abrirse. Solo estuvieron desde la competencia, la racionalidad, los conceptos y el estar o no de acuerdo (mas bien siempre en desacuerdo). No vieron que las diferencias son una posibilidad. Así como ocurre en las parejas, podemos sumar o separarnos a partir de las diferencias. Aquí sin duda, proponíamos sumar . Pero no había cabida a un enfoque múltiple donde se construya algo nuevo o al menos distinto, a partir de la diversidad de miradas.
Como dice el maestro chino, “con la taza llena no es posible el aprendizaje, debes vaciar la taza para que entre lo nuevo”.
Luego hubo también aspectos emocionales, siempre importantes de tener en cuenta. Reportaron no haberse sentido "queridos", reconocidos (curioso porque siempre estuvimos desde el honrar a cada uno). Sin embargo no hay que olvidar que para ser querido también hay que abrirse y dejarse querer. Abrir sobretodo el corazón si la cabeza se opone.
Me sorprendió observar cuánto saben de cómo deben hacerse las cosas en la “nueva educación” y que poco de eso encarnan en sus prácticas. Todo se mantiene a nivel conceptual, con grandes ideas, teorías brillantes, poderosas, los últimos avances sin duda, (muchos de los cuales yo desconozco). Sin embargo me hubiera gustado que muchos hubieran podido escucharse desde donde hablan, observar sus discursos. Llenos de “asi se hacen las cosas, así estamos acostumbrados, así lo exige el sistema, el formulario, las autoridades”; discursos llenos de egos, de yo soy así, yo sé de, yo aprendí esto de mis padres, yo he hecho todo esto y tengo toda esta trayectoria, títulos y cargos importantes…
No pongo en duda nada de eso, y bienvenidas esa riqueza de conocimientos y trayectorias, sin embargo nos hubiera encantado que también hubieran observado y escuchado sus cuerpos, sus lenguajes y cómo estos revelan su forma de relacionarse con el mundo y también consigo mismo. Pero eso fue imposible. Salvo algunas lindas excepciones, nunca quisieron mirarse y descubrir el observador que son. Tema clave en cualquier proceso de transformación.
Para mi fue un gran aprendizaje y experiencia, la que agradezco profundamente, agradezco a aquellos alumnos resistentes y desafiantes, pero hoy prefiero quedarme especialmente con aquellos, (curiosamente fueron principalmente mujeres) que sí acogieron la invitación, con dudas, inquietos pero a la vez expectantes y dispuestos a explorar mundos nuevos, a ratos molestos, incómodos y a la vez apasionantes. Me quedo con aquellos a quienes sí les brillaron los ojos, como dice B.Zanders,…seguro ellos serán los que de verdad cambien el mundo de la educación, partiendo por sí mismos.
Quizás el futuro nos hace reencontrarnos con ellos y otros, dispuestos a la aventura del aprender y emprenderemos un viaje por nuevos territorios... con mares calmos y aguas tormentosas, pero con un espíritu de cuerpo, navegando juntos y poniendo lo mejor de cada uno para descubrir otros mundos más libres, más creativos y sobretodo más inclusivos y humanos. Muchas gracias.
Ser profesor es mucho más profundo de lo que aparenta. Dificilmente se puede pretender hacer modificaciones a la profesión de profesor o a la gestión del profesor con un curso de capacitación. La emocionalidad y la exposición propias de esta profesión la harán siempre distinta de todas las demás profesiones. Paciencia y amabilidad son muy valiosos en este terreno.
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